Ruta de los Caminos Históricos de Entresierras

Caminando de Casafranca a Frades de la Sierra:

Después de visitar la interesante arquitectura popular de Casafranca, verdadera obra maestra de encaje de piedra y la Iglesia de San Sebastián, volvemos de nuevo al panel general de información. Partiendo de él y por un camino señalizado con flecha de destino, continuaremos la Ruta después de 700 m, volviendo a la Cañada Real que dejamos para desviarnos a Casafranca. Accedemos a la Cañada a través de una portera que nos indica un control de ganado, la cual, como siempre que nos encontremos alguna, deberemos dejarlas como nos las encontramos.

Este segundo tramo de la Ruta, que con una longitud de 11,9 km., es otro de los trayectos que no presenta ninguna dificultad especial, siendo accesible para todas las edades y para personas con dificultades de autonomía personal. Es un tramo ideal para hacerlo en bicicleta o a caballo.

No obstante volvemos a recordar alguna de las recomendaciones: a lo largo de toda la Ruta nos podemos encontrar porteras de hierro o de alambre, que estarán convenientemente señalizadas. Si vemos que el camino continúa señalizado después de la portera, no hay problema en abrirla, cerrarla y dejarla tal y como estaba.

En este tramo nos adentramos en plena penillanura de la Meseta castellana, donde el horizonte está acompañado por algunas elevaciones montañosas que nos circundan. Es fundamentalmente un paisaje sobrio y tranquilo donde el cielo y el suelo se hacen grandes e inmensos, especialmente en los atardeceres rojizos. El prado roturado antaño y sin encinas es el protagonista; utilizado fundamentalmente para la explotación de ganado vacuno de diferentes tipos.

La primera parte de la Ruta, nos puede parecer un tanto sobria y monótona en relación a otros tramos más exuberantes, pero a su vez más cargados. Aquí la limpieza visual es un gran atractivo que nos llena los ojos y también el espíritu. La cuenca visual nos permite apreciar, al norte la Sierra Menor o Sierra de los Herreros, donde nace el Alagón con los “aerogeneradores” de energía del Parque eólico de la Dueña como nuevos caballeros defensores y atentos vigías del paisaje; al suroeste la Sierra de las Quilamas, al sur los montes de La Granja y El Monreal y al sureste la planicie castellana cortada a lo lejos por el Sistema Montañoso de Gredos y de la Sierra de Béjar.

Desde el punto de vista litológico, nos encontramos sobre pizarras paleozoicas de la penillanura, dejando atrás las calizas cámbricas que pudimos apreciar en las canteras de Monreal.

Calzada restauradaToda la zona, como te vamos contando, cuenta con una larga tradición de asentamiento humano en la que las diferentes culturas y pueblos históricos han ido dejado su huella, desde el Paleolítico hasta nuestros días, pasando por pueblos celtíberos, romanos, visigodos, árabes, judíos y cristianos. Especial importancia tiene en este sentido la Cañada Real de la Plata o Vizana utilizada desde siglos para la Trashumancia ganadera y como camino de peregrinación del Camino de Santiago del Sur también denominada Ruta Jacobea o Mozárabe.

Después de varios kilómetros de recorrido comenzamos a encontrarnos con algunos robles y encinas que formando bosquetes mixtos, se van haciendo cada vez menos densos hasta constituir la Dehesa propiamente dicha. El bosque adehesado puede ser de robles y encinas y tiene como base la cría de ganado vacuno y también porcino. La ecología de la dehesa es muy importante y significativa ya que es un sistema de explotación del medio natural que sirve como modelo de un desarrollo sostenible, como así se demuestra desde la antigüedad, armonizando la pervivencia de las especies naturales con los intereses humanos. Destacan algunos ejemplares de encinas y encinares centenarios, como la encina desmochada de Frades, que se encuentran identificados como árboles singulares, ya que son un verdadero monumento natural, representativo de su especie.

Calzada de la PlataA lo largo de este tramo, vamos a encontrarnos con un total de 5 porteras para el ganado que podemos atravesar dejándolas como estaban.

A los 6,5 km. aproximadamente, desde la salida de Casafranca y después de pasar la última portera de este tramo, la Cañada Real enlaza con la Calzada Romana de la Plata, coincidiendo a partir de aquí estas dos históricas vías. Esta otra ruta está además identificada como el sendero GR-100 y está también señalizada con flechas amarillas utilizadas por los Amigos del Camino de Santiago indicando la dirección de su destino a Santiago de Compostela.

Nuestro camino trascurre por estas dos vías solamente durante dos kilómetros, ya que a la altura de un cruce señalizado, nos desviamos por la izquierda hacia Navarredonda, población que es pedanía de Frades, dejando la Calzada que nos llevaría hasta la ermita de la Fuente Santa, en pleno camino de peregrinación. Hoy en ruinas y de propiedad privada; es un lugar sagrado en la que antaño se veneraba la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, que contó con una muy popular romería, repitiéndose de nuevo la vocación mariana ligada a posibles cultos pre-cristianos. Como en las ermitas de El Mensegal, El Gozo, Las Yegüerizas o La Cabeza, se encuentra ligada a los elementos del agua, del árbol y del toro, con un sentido mágico que incluye, además, una leyenda de carácter simbólico en torno al tesoro de su pozo sagrado.

ermita FuensantaEn Navarredonda de Salvatierra el camino trascurre por la parte izquierda del pueblo, por cuyo asfalto seguiremos hasta una pista señalizada que nos sale a la izquierda.

Recordemos que el bosque adehesado tiene como base la cría de ganado vacuno pero también porcino, que aprovecha además de diferentes tipos de pasto, de tubérculos y raíces, las apreciadas bellotas de la “montanera”. Por ello es interesante señalar la cultura de la matanza tradicional del cerdo, sea blanco o ibérico, en todos los pueblos de la Ruta y la actual industria chacinera, con productos muy apreciados dentro y fuera de la provincia.

Junto a la dehesa y después de 3,5 km desde la salida de Navarredonda, llegaremos hasta la entrada de Frades de la Sierra donde podemos buscar el panel general situado en el medio del pueblo para informarnos de nuestra situación y de otros aspectos de interés de esta población, como la recientemente restaurada Iglesia de San Vicente, el Molino , o la Casa museo del poeta Gabriel y Galán originario de Frades, En muchos de los textos de este poeta de la tierra, podemos encontrar alusiones a la localidad y a diferentes aspectos de la vida de la comarca en aquellos años donde pasó su infancia.

El Parque Eólico de la Sierra de La Dueña que ha sido instalado recientemente, pertenece a Iberdrola, y cuenta con 37 aerogeneradores de energía con una potencia total de 31,45 MW. Es compartido por los municipios de Frades de la Sierra, Las Veguillas, Membibre de la Sierra, y Pedrosillo de los Aires.

La Calzada de la Plata

La importancia de la Vía de la Plata, que recorre buena parte de nuestra comarca, viene dada por la suma de las diferentes perspectivas con las que podemos acercarnos a esta obra maestra de la ingeniería romana: como antiguo paso o camino del oeste peninsular, como impresionante obra de infraestructura e ingeniería legada por la dominación romana o como camino de peregrinación jacobita. Todas estas perspectivas las recoge la definición dada en el Convenio del 04/01/2006 de colaboración entre el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Castilla y León, para la promoción y consolidación de este camino como itinerario cultural. «La Vía de la Plata constituye uno de los itinerarios históricos más antiguos y mejor documentados en la Península Ibérica, que en su origen, como calzada romana que unía las ciudades de Emérita Augusta (Mérida) y Astúrica Augusta (Astorga), sirvió de vía de comunicación cruzando de sur a norte el oeste peninsular y salvando los cauces de los ríos Tajo y Duero. A lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna, el trazado de la vía fue ampliándose y consolidándose, desde Andalucía hasta Asturias o hasta Santiago de Compostela, incrementando su importancia como ruta de movimientos de personas y mercancías ruta de peregrinación jacobea o ruta comercial en sentido norte – sur. Como consecuencia de su valor como itinerario cultural la vía de la plata se ha jalonado a lo largo de su historia de importantes hitos culturales que suman una indiscutible riqueza patrimonial y cultural».

El propio término a veces es confuso pues la Ruta de la Plata se identifica hoy por la carretera Nacional 630 o Autovía de la Plata. También la procedencia del vocablo «plata» ha sido confusa, pues se le han dado diferentes interpretaciones, para unos procede del latín (platea, “vía pública»), para otros del griego (platys «ancho»). Sin embargo, la más aceptada es la que la hace provenir del termino árabe al-balat, `losa, pavimento de piedra, camino, calzada´. Otros investigadores, han llegado a otra etimología distinta: vía o calciata delapidata, `vía empedrada´.

De cualquier forma se trataba del itinerario utilizado por las migraciones estacionales entre el sur y el norte del occidente peninsular. Con la construcción de la Calzada Romana hacia el siglo II a.C. el trazado fue institucionalizado de tal forma para las regiones del oeste hispano, que se convirtió en la principal vía de comunicación hasta bien entrado el siglo XIX. La construcción de la carretera N-630 (Sevilla – Gijón) y del ferrocarril entre Palazuelos y Astorga, hizo que la calzada perdiera parte de su sentido, al menos en su expresión mas funcional, y con ello se acrecentó el proceso de degradación y olvido por parte de las administraciones publicas.

La Vía de la Plata se construyo, como el resto, con fines militares. Su trazado principal enlazaba Emérita Augusta (Mérida) y Astúrica Augusta (Astorga), denominándose Iterab Emérita Asturicam. Pudo comenzarse a construir en el año 139 a.C., pero es durante las guerras civiles romanas, cuando Quinto Cecilio Metello Pio establece tres asentamientos militares a lo largo de la ruta entre los años 79 y 78 a.C.: Metellinum (Medellín), Castra Caecilia (Cáceres) y Caelionicco o Vicus Caecilius (Puerto de Béjar). Es entonces cuando se prolonga la Vía desde el rio Tajo hasta la sierra de Gredos.

Es la más valiosa de la Península, porque aun conserva un importante patrimonio arqueológico: restos de pavimento, alcantarillas, miliarios, puentes, pasos de agua, etc. La Vía de la Plata atraviesa la provincia salmantina de sur a norte, con un recorrido total de 74 millas (unos 100 km). Entre Puerto de Béjar y el rio Cuerpo de Hombre se conservan los mejores restos de empedrado, pasos de agua, alcantarillas y quitamiedos. En el puente de la Magdalena, o de la Malena, sobre este rio observamos los tajamares triangulares rematados por pirámides y los huecos para las cimbras de origen romano. Junto al puente se encuentra el miliario CXXXIV (134) y otro miliario esta dentro de la majada «El Corral del Chinato». Restos de otros miliarios se encuentran desperdigados a lo largo del tramo de calzada que sube hacia La Calzada de Béjar.

Junto a La Calzada de Béjar, desde lo alto, vigilan el valle del Sangusin los restos del fortín romano llamado aquí «El Castillo». Miliarios, basas y restos de alcantarillas se encuentran diseminados a lo largo de este tramo, muchos de ellos, han sido objeto de expolios y mudanzas de sitio, unas veces como mero ornamento y otras como elementos constructivos. Dos miliarios se encuentran adosados a un hastial de la iglesia de Casafranca, otro sujeta una alambrada cerca de la Fuente de las Navas, en Endrinal y un fragmento del miliario numero CXIV (114) en un corral de Los Santos. Hacia Navarredonda el camino se mantiene ligeramente elevado, dejando ver las capas de material de relleno que había debajo del empedrado. En Arroyomolino se une con la Cañada Real de la Plata, conservando desde aquí el ancho de la cañada. En Navarredonda pasa frente a las ruinas de la Ermita de la Fuensanta. Algunos historiadores sitúan aquí la Mansio Sentice, para el descanso de los viandantes, otros se inclinan por  ubicarla un poco más adelante, en la dehesa de la Dueña Chica, donde se encuentran los miliarios. En 1931 la Vía de la Plata fue declarada Monumento Nacional en toda la provincia de Salamanca.

Durante el periodo de apogeo de la Mesta, La Cañada Real de la Plata (o la vizana) se situó parcialmente sobre la calzada romana, siendo utilizada masivamente por el ganado trashumante. También fue transitada por árabes y cristianos en las constantes razias por las tierras de la meseta, y no menos importante fue el uso que durante el Medievo se le dio como ruta de peregrinación jacobita, de donde proviene el nombre de Camino Mozárabe del Sur. Hoy sigue siendo usada por caminantes con un sentido más o menos religioso, por senderistas con un sentido más ecológico y naturalista, o por otros con un fin más cultural o turístico. De cualquier forma, siguiendo su trazado, y con batidas circulares, la calzada romana nos permite conocer un rico patrimonio arqueológico, natural y cultural a su paso por la provincia de Salamanca.

Fuensanta

Al nordeste de la comarca de entresierras, en Navarredonda de Salvatierra y en el término municipal de Fardes de la sierra, está enclavada la ermita de la Fuente Santa, hoy en ruinas y de propiedad privada, a la vera de la Vía de la Plata, y del camino jacobita. Antaño se hallaba bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, cuya imagen se encuentra desde 1935 en Pedrosillo de los Aires. En ella se veneraba a imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta, que conto con una muy popular romería. Hoy, las columnas y el pulpito del siglo XVII se encuentran en el interior de la iglesia parroquial de Navarredonda de Salvatierra.

Aparte de los recuerdos de las gentes, convertidos ya a veces en leyendas, poca documentación escrita se ha hallado sobre la ermita. En 1850 es citada por Pascual Madoz como despoblado, sin embargo en las noticias anteriores que sobre ella tenemos, debidas a la pluma de un  minucioso visitador eclesiástico, autor del libro «de los Lugares y Aldeas del Obispado de Salamanca», en 1629, no se hace la menor referencia a ella como despoblado, limitándose a decir que la ermita goza de mucha devoción a la que acuden muchas gentes el día de la romería; que en esa fecha se hallaba en buen estado y que era menester ampliarla dado el numero de gentes que acuden a ella. El día uno de Mayo se tenía por costumbre marchar en procesión rogativa desde Frades hasta la ermita de la Fuensanta.

Contiguo al citado santuario fue edificado un convento, al parecer, de frailes mercedarios. En relación con tres ermitaños, los documentos se refieren a ellos como «los hermanos que están destinados a su culto», lo que unido a la tradición que habla de la existencia de un reducido grupo de hermanos de la Orden de la Merced encargados del culto en dicho santuarios, permitiría pensar, en la posibilidad de que en efecto, se tratase de mercedarios.

La existencia de un pozo de agua en el interior del recinto sagrado, justificaría la construcción de la ermita, cuya presencia pregona el recuerdo de un primitivo culto a alguna divinidad precristiana. El pozo -la fuente- se constituía en centro sagrado, ámbito de la divinidad a cuyas aguas la tradición popular atribuía poderes milagrosos. En un muro del edificio aparece una fecha: 1614, pero no cabe duda de que el edificio primitivo es bastante anterior. En la actualidad se observan los restos de un complejo de edificios, porque al parecer en algún momento el edificio fue transformado en posada.

Tras el abandono de dicho lugar, en época incierta, por parte de la antedicha comunidad monastica, se iniciaría una fase de languidecimiento de las prácticas culturales correspondientes, hasta su completa extinción en nuestros días. En las inmediaciones de la ermita de la Fuente Santa había un coso taurino, donde se celebraban capeas populares, y del cual, queda tan solo el recuerdo a través de un tupónimo: La Cortina de la Plaza. Nos volvemos a encontrar con la celebración de festejos taurinos al pie de una ermita, en la misma línea que los celebrados junto a las ermitas del Mensegal, Nuestra Señora del Gozo y las Yegüerizas.

El sentido mágico y mistérico del enclave sagrado de la Fuensanta incluye, además, otras facetas, en torno a la simbología del pozo sagrado se ha creado una leyenda que, al igual que ocurre en otros lugares, ha sido transmitida en clave iniciática: en el fondo del mismo, habría un tesoro, que algunas personas han buscado infructuosamente. La leyenda del tesoro no es más que un recurso tradicional para oscurecer el sentido oculto, mistérico, de ancestrales formas de conocimiento.

Caminando de Frades de la Sierra a Endrinal:

Iniciamos este nuevo tramo de la Ruta, saliendo de Frades por la carretera de Endrinal, dejando a nuestra derecha la Charca del Humilladero o Charca del Mulladero. En esta Charca, usada tradicionalmente como abrevadero para el ganado, podremos ver, además de patos, fochas o gallinas ciegas, la querida cigüeña blanca y alguna garza atrevida, en busca de alguno de los anfibios que pueblan sus profundidades.

–¿Ande vas?
-Voy al casillo.
-¿No sales luego una miaja?
-Daremos un cacho vuelta
cuantis que apaje las vacas.
Me faltan cuatro posturas.
-Pues yo voy a darles agua.
-¿Al río?
-No, al Mullaero.
Gabriel y Galán

El tramo señalizado con las marcas características, tiene una longitud de 8,5 Km. Es un recorrido llano y sin dificultad, accesible para todas las personas que les guste disfrutar de un paisaje de llanura entre las encinas centenarias.

Es un paisaje característico de la dehesa salmantina, de gran interés, conservando especies de flora y fauna muy características de este ecosistema culturizado. La Ecología de la Dehesa está siendo estudiada por varios departamentos de Universidad, como modelo eco-cultural por la relación del hombre con su entorno natural.

Después de pasar la charca tomamos, durante unos 500 m., un sendero a nuestra izquierda que va paralelo a una pared y a la carretera, travesamos ésta y siguiendo en dirección a Endrinal encontramos una curva a la izquierda, de donde sale un camino por la derecha que tomaremos para continuar hacia Villar de Leche.

Siguiendo este camino, encontramos una granja con un gran depósito metálico. Justo en ese punto giraremos tomando el camino de la izquierda. Llegaremos a una portera de madera y alambre que cruzaremos para entrar en la dehesa de Aldeanueva, perteneciente al término de Casafranca.

A partir de aquí el camino, por falta de uso, puede que se pierda entre la hierba y el pasto, por lo que hay que ir siempre en dirección suroeste atentos a las marcas de pintura.

Villar de LecheEl camino va descendiendo suavemente hasta llegar, 1 km. más adelante, a una curva después de la cual encontramos otra portera que hay que atravesar. Enseguida veremos un arroyo, seco en verano, y una charca a nuestra izquierda. A unos 500 m. de aquí aproximadamente aparece una nueva portera por la que entramos en la Dehesa de Villar de Leche.

Este tipo de porteras, a veces sustituidas por un enrejado en el suelo, difícil de atravesar por las vacas, tienen como función el evitar que el ganado puedan deambular fuera del terreno que tienen asignado y no impedir el paso a las personas.

Desde aquí seguimos 1,6 Km. hasta encontrar una nueva pared y portera que atravesaremos; desde donde divisaremos las casas de Villardeleche. En este tramo hemos encontrado numerosos senderos que aparecen a derecha e izquierda. No tomaremos ninguno de ellos: seguiremos siempre de frente en dirección suroeste, hacia las casas de Villardeleche.

Durante los casi cuatro kilómetros de dehesa recorridos hasta aquí, hemos andado entre vaguadas y praderas, entre las encinas y el ancho cielo de las dehesas de Aldeanueva de Campo Mojado y de Villar de Leche, vigilada atentamente por las vacas, siempre curiosas ante la novedad que supone la presencia humana en esas tierras,. Aquí podemos observar ejemplares de vaca morucha, una especie autóctona característica del campo salmantino.

Estas dehesas están asentadas sobre la penillanura de la Meseta formada por pizarras paleozoicas con suelos poco profundos, donde sobresalen a menudo las pizarras conocidas como “uñas de gato”.

Roca de los grabadosAntes de pasar la portera que lleva a las casas de Villardeleche encontramos un cruce de caminos: el de la izquierda nos lleva al río Alagón, en cuya orilla se encuentran unas rocas donde está el grupo de Grabados rupestres neolíticos señalizados y con cartel informativo. Estas manifestaciones culturales son evidencias que nos hacen presuponer que nos encontramos con uno de los primeros asentamientos humanos de la comarca, elegido posiblemente por la situación de visibilidad y de buenos pastos de este territorio.

Continuando por el camino hacia las casas de Villar de Leche, que se cruzan siempre sin dejar el camino vecinal, podemos ver los restos de una antigua fortificación que también fue iglesia, en donde se veneraba a Maria Magdalena, santa vinculada a la antigua comunidad benedictina y a la Orden del Temple, presente siempre en territorios con una importante consagración a antiguas deidades femeninas, suplantada por santas y vírgenes cristianas con estrecha correspondencia simbólica.

Salimos de Villardeleche por una nueva portera hacia la carretera que seguimos girando a la izquierda, y que no abandonaremos hasta llegar a Endrinal, situado unos 3 km. más adelante. A escasos metros de esta portera cruzamos el río Alagón.

Por la carretera atravesamos la formación geológica terciaria de El Lombo por un tajo, enmarcado por pinos, que ha hecho en ella el arroyo de La Granja. Desde aquí, los suelos más húmedos y profundos permiten la existencia de prados con fresnos y otras especies de mayor necesidad de agua en sus raíces También podemos ver robles y algunos arbustos característicos como el majuelo o el endrino, que da nombre a la localidad de Endrinal.

Pasada una curva que enfila la carretera a Endrinal, encontramos a la izquierda, ya abandonados, los antiguos “huertos familiares”, terrenos comunales que se cedían a las familias con menos medios económicos, para su uso como cultivo de autoconsumo y sostenimiento. A continuación se encuentra el lugar denominado “Las pozas”, donde veremos todavía algunas charcas, donde se “enrielaba” el lino, recuerdo del antiguo cultivo de lino en toda la zona.

ChopoEl primer camino y único que sale a la derecha de la carretera, junto a las pozas, nos permite dar un breve paseo de unos 100 m. para poder contemplar dos magníficos chopos singulares, como “La Chopa de las Huertas”, magnífico ejemplar de chopo castellano.

Volviendo de nuevo a la carretera continuamos hasta un cruce donde se encuentra la localidad de Endrinal. Aquí nos recibe la bonita Ermita del Humilladero, junto a la cual se encuentra la antigua Plaza del Herradero usada para marcar el ganado vacuno y cuyo nombre nos evoca a los antiguos oficios artesanos que tanta importancia tuvieron en toda la comarca.

El pueblo se organiza en torno a dos antiguos caminos hoy convertidos en carreteras que vemos desde la ermita. Una es la calle larga, que conduce a Los Santos, donde se situaban los antiguos mesones surgidos por el tráfico generado por la Ruta de la Plata, de los cuales hoy en día ya no queda ninguno. La de la derecha nos lleva, por la zona de los bares, hacia la fuente del Endrinal. Aquí se encuentra el panel informativo general de la ruta donde podemos conocer nuestra situación en ella y otra información de interés sobre la localidad.

Desde la fuente podremos hacer un recorrido por este pueblo que aún conserva interesantes rincones de tradición y arquitectura popular característica de Entresierras, además de la Iglesia de San Pedro o el museo etnográfico de la Casa de la Cultura Tradicional.

VOLVER

VOLVER INICIO