La Pedrada (audio)
Mi Vaquerillo (audio)
Fragmento de “ El ama “ dedicada a su madre.
Quise yo ser como mi padre era
Y busqué una mujer como mi madre
Entre las hijas de mi hidalga tierra.
Y fui como mi padre, y fue mi esposa
Viviente imagen de la madre muerta.
¡un milagro de Dios, que ver me hizo
Otra mujer como la santa aquella!
Audio de El Ama
Fragmentos de “ Confidencias “ dedicada a su mujer
Para ti son los impulsos
más robustos de mi cuerpo y de mi alma,
las miradas de mis ojos,
que en los tuyos derretidas se derraman,
las caricias de mis manos que te buscan
y el aliento de mi boca que te abrasa,
y los besos de mis labios,
y el ardiente palpitar de mis extrañas
[…]
y el cariño serio y hondo del esposo enamorado
que en sus hijos te idolatra….,
en sus hijos cuyas vidas son estrofas del poema
que el esposo enamorado, rendidísimo, te canta!
Para ella…
los delirios de la mente soñadora,
los sentires melancólicos del alma.
Fragmento de “ El cristu benditu “ dedicado a su primer hijo
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!
Pa jacel más alegri mi vía,
ni dineros me dio ni jacienda,
polque ice la genti que sabi
que la dicha no está en la riqueza.
Ni me jizu marqués, ni menistro,
ni alcaldi siquiera,
pa podel dil a misa el primero
con la ensinia los días de fiesta
y sentalmi a la vera del cura
jaciendu fachenda.
Audio de El Cristu Benditu
«El Embargo»
Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tos esos,
no le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo…
Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s’ha muerto!
¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!
Embargal esi sacho de pico,
y esas jocis clavás en el techo,
y esa segureja
y ese cacho e liendro…
¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro…
¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de ésos
es osao de tocali a esa cama
ondi ella s’ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo
y una nochi muerto!
¡Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo!
Lleváisoslo todu,
todu, menus eso,
que esas mantas tienin
suol de su cuerpo…
¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!…
Audio El Embargo
Estrofas de «Solo para mi lugar»
Yo no soy más que un poeta
que vuestros hondos sentires
enamorado interpreta
con vuestros propios decires.
Yo no hago más que cantares
que pintan vuestros amores,
la paz de vuestros hogares,
la hiel de vuestros dolores.
primeras estrofas de «Fuente Vaquera»
Lejos, bastante lejos,
del pueblo mío,
encerrado en un monte
triste y sombrío,
hay un valle tan lindo
que no hay quien halle
un valle tan ameno
como aquel valle.
Entre sus arboledas,
por la espesura
solitaria y tranquila,
corre y murmura
una fuente tranquila
y bullanguera,
a que dieron por nombre
Fuente Vaquera.
Fragmentos de “ Regreso “
Pero ya estoy aquí , campos queridos,
[…]
¡Recibidme otra vez en vuestro seno!
Yo te conozco, solitario monte;
te cantaré de nuevo, patria mía;
beber quiero tu luz, ancho horizonte;
gozar quiero tu paz,¡oh mi alquería!
[…]
Vengo a anudar el hilo
roto en mal hora del vivir tranquilo;
a humillar, cual vosotros, la cabeza
al yugo del trabajo cotidiano
fuente de la riqueza.
[…]
Yo te daré cuanto tengo,
que a derramar entre vosotros vengo
pedazos de mi ser a manos llenas:
para ti, mi sudor, haciendo mía;
para ti mis cantares, Patria hermosa;
para vosotros, sangre de mis venas,
hijos amantes y adorable esposa […]
poema “ A su Majestad “ el Rey
Señor: en tierras hermanas
de estas tierras castellanas,
no viven vida de humanos
nuestros míseros hermanos
de las montañas jurdanas.
[…]
Tanta pena he contemplado
que unas veces he llorado
con llanto de compasión,
y otras mi voz he velado
gemidos de indignación.